Aunque pensemos que un telescopio es algo moderno que se ha conseguido gracias a la tecnologÃa de hoy en dÃa esto no es cierto. La historia del telescopio se remonta siglos atrás, la misma afición que tenemos por observar los cielos lo tenÃan nuestros antepasados.
Los primeros telescopios conocidos aparecieron en 1608 en los PaÃses Bajos y se atribuyen a Hans Lippershey a cuyo nombre figura la patente conocida más antigua sobre el instrumento.​ Entre los muchos otros que afirmaron haber hecho el descubrimiento figuran Zacharias Janssen, un fabricante de lentes de Middelburg, y Jacob Metius de Alkmaar.
Entonces… ¿Quién fue el inventor del telescopio?
Tras mucho debate sobre quien fue el verdadero inventor del telescopio podemos decir que no fue ni Hans Lippershey ni Zacharias Janssen. Investigaciones posteriores sugieren que pudo haber sido inventado en 1590 por el español Juan Roget,​ cuyo hallazgo podrÃa haber llegado unos años después a los PaÃses Bajos, donde serÃa patentado.
El telescopio a lo largo del tiempo
El telescopio es un artefacto que ha ido evolucionando a lo largo de la historia, su historia nos relata los numerosos inventores que fueron sacando sus versiones para mejorar a la anterior. Nombres famosos como Newton, Galileo y más desarrollaron su propia versión del telescopio.
Y como trasfondo de estos descubrimientos, figuran de forma destacada las sucesivas mejoras tecnológicas, especialmente en el campo de la óptica, que condicionaron las distintas etapas históricas de preponderancia de los telescopios refractores o de los reflectores, a través de una prolongada carrera entre lentes y espejos por obtener resoluciones cada vez mayores.
Telescopio de Galileo Galilei
Galileo se encontraba en Venecia en junio de 1609​ cuando oyó hablar de las «lentes perspectivas holandesas», por medio de las que los objetos distantes se veÃan más y más grandes. Al dÃa siguiente fabricó su propio telescopio, consistÃa en una lente convexa situada en un extremo de un tubo de plomo y una lente cóncava en el otro.
Galileo dedicó su tiempo a mejorar y perfeccionar el telescopio y pronto tuvo éxito en la producción de telescopios de gran potencia de aumento. Su primer telescopio magnificaba tres diámetros, pero pronto realizó instrumentos que magnificaban ocho diámetros, y más adelante alcanzó hasta los treinta y tres aumentos. Con este último instrumento, descubrió en 1610 las lunas galileanas de Júpiter y poco después las manchas solares. Las fases del planeta Venus, y las colinas y valles de la Luna.
En este logro parece que pudo haber sido precedido por Thomas Harriot, quien realizó los primeros dibujos de la luna con la ayuda de un telescopio de Galileo en julio de 1609.
Estos logros brillantes, junto con las inmensas mejoras del instrumento introducidas por Galileo, eclipsaron en gran medida el crédito debido al inventor original, y condujo a la adopción universal del nombre de telescopio refractor para la forma del instrumento inventado por Lippershey.
Telescopio de Newton
La construcción del primer telescopio reflector «práctico» se le atribuye a Isaac Newton en el año 1668. Este cuenta con un diseño que incorporaba un pequeño espejo diagonal plano, dispuesto para desviar la luz recogida por el espejo esférico principal hacia un ocular montado en un costado del telescopio. La siguiente mejora significativa en los telescopios de espejo fue introducida por Laurent Cassegrain en 1672, quien describió el diseño de un reflector con un pequeño espejo secundario convexo para reflejar la luz a través de un agujero central en el espejo principal.
En 1666 Isaac Newton dedujo sobre la base de sus teorÃas de la refracción y del color, y determinó cuales eran problemas de nitidez de las imágenes generadas por los telescopios refractores. Estos eran debidos más a la variación de la refracción de los diferentes colores de la luz en la lente, que a la forma imperfecta de la propia lente.
Concluyó erróneamente que la luz nunca podrÃa ser refractada a través de una lente sin causar aberraciones cromáticas. Tras algunos experimentos someros,​ afirmó que los prismas de todos los materiales refractivos separarÃan los colores en una proporción constante asociada a su refracción media. A partir de estos experimentos, llegó a la conclusión de que no era posible mejorar los telescopios refractores.​
Sus experiencias con los espejos demostraron que no producen los errores cromáticos de las lentes, dado que para todos los colores de la luz el ángulo de incidencia en un espejo es igual al ángulo de reflexión. Como prueba de sus teorÃas, Newton se propuso construir un telescopio reflector. Completó su primer dispositivo en 1668, el telescopio reflector funcional conocido más antiguo.
Posteriormente ideó mejores métodos para amolar y pulir sus espejos, eligiendo una forma esférica en lugar de una forma parabólica para simplificar su construcción. Añadió a su reflector lo que es el sello distintivo del diseño de un «telescopio newtoniano», un «espejo plano diagonal» secundario, situado cerca del foco del espejo primario para reflejar la imagen en un ángulo de 90° hacia el ocular montado en un costado del telescopio.